RED: La Reflexion Ayuda

Monday, February 18, 2008

* Carlos Antonio Aguirre Rojas presenta su libro “Mandar Obedeciendo. Las lecciones políticas del neozapatismo mexicano” en La Karakola

Arturo Jiménez, La Jornada, febrero 3

El escenario era que ganaría abrumadoramente. Explica historiador choque entre AMLO y neozapatistas. Aguirre Rojas presentó el libro Mandar obedeciendo
Signos preocupantes, como el silencio del presidente Felipe Calderón en torno al conflicto en Chiapas, la campaña mediática para diluir la responsabilidad gubernamental en la matanza de indígenas en Acteal, la reubicación de las fuerzas militares en ese estado y la intensificación de la guerra sucia en el mismo, hacen pensar en un posible endurecimiento oficial sin precedente hacia el movimiento zapatista.
Habla en entrevista el investigador Carlos Antonio Aguirre Rojas, quien presentó su libro Mandar obedeciendo. Las lecciones políticas del neozapatismo mexicano, publicado por la Editorial Contrahistorias y el Centro Immanuel Wallerstein.
El historiador y economista, autor de otros libros como Chiapas, planeta Tierra o América Latina en la encrucijada, también se refiere al porqué del cuestionamiento y distanciamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional respecto de la izquierda institucional mexicana, en particular hacia el Partido de la Revolución Democrática y el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador:
“El PRD está proponiendo un proyecto que, sin duda, puede tener ciertos grados progresistas, que no es nefasto ni catastrófico para el país, como lo es el proyecto actual de la ultraderecha. Pero desafortunadamente, y creo que este es el núcleo de la discrepancia, se trata de un proyecto que no resuelve de raíz los problemas fundamentales que enfrentamos.”
Se pregunta: “¿Dónde se encuentra la matriz del deterioro progresivo del salario real de los trabajadores, de la migración galopante en la que medio millón de mexicanos se va a Estados Unidos cada año, de la discriminación que siguen padeciendo los indígenas, las mujeres, los viejos, de la violencia, de la descomposición del tejido social?
Y responde: “la matriz de todo ello está, para los zapatistas, en el sistema capitalista. López Obrador dijo muy claramente que él no quería destruir el capitalismo mexicano, eliminarlo de raíz. El dijo: voy a mantener los equilibrios macroeconómicos. Y eso quería decir que iba a seguir con las políticas neoliberales. Pero son éstas las que deterioran el salario, las que matan la pequeña y mediana industria, las que empobrecen a los campesinos, las que destruyen el tejido social”.
La pregunta que los zapatistas se hacen, continúa el investigador, es cómo enfrentar de manera efectiva y real todos esos problemas. Y la respuesta que dan es: no hay otro camino que tratar de destruir la estructura capitalista, las políticas neoliberales. Y tratar de instaurar un tipo de sociedad alternativa: libertaria, democrática, tolerante y justa.
Es decir: “eliminar todo tipo de gobierno que ‘mande mandando’ e instaurar otro que ‘mande obedeciendo’. Es necesario modificar la idea misma del mando y de la obediencia, e instaurar lo que el concepto de democracia quería decir originalmente: un verdadero gobierno del pueblo, lo cual sería autogobernarse. Entonces, la idea de mandar obedeciendo es la del autogobierno popular, algo que no ha existido en la historia más que efímeramente, como en la Comuna de París, los inicios de la Revolución Rusa (con el poder soviético), los consejos obreros italianos, o el periodo áureo de la Revolución Cultural china”.
Salvarse la humanidad
Los neozapatistas, abunda, pretenden una sociedad que no se base en el “individualismo egoísta posesivo”, sino una “en la que el nosotros predomine sobre el yo”, lo cual se refleja en su consigna: “Para nosotros nada, para todos, todo”. Eso quiere decir, “que no podemos pensar las cosas desde nuestro interés egoísta, sino pensar que si México se salva se tiene que salvar como nación entera”.
Acerca de la economía, señala que se trataría de una sociedad que no funcionara “por el simple criterio de lucro y acumulación de capital”, sino con base en relaciones económicas igualitarias. “Entonces, esta sociedad que ya se está creando en las montañas del sureste mexicano, en los caracoles neozapatistas, es un proyecto anticapitalista. Y ese no era el proyecto de López Obrador”.
Aguirre Rojas considera que las críticas neozapatistas al ex candidato presidencial y al perredismo partían de la premisa de que ganarían los comicios presidenciales de manera arrasadora. Entonces, dice, el neozapatismo se preparaba para lidiar con la izquierda institucional en el poder, a fin de que no le pasara como a otros movimientos sociales de América Latina, pero se dio un “fraude electoral monumental”. En torno a este punto, recuerda, existe autocrítica de los neozapatistas, pero también han reivindicado la validez de los cuestionamientos a la izquierda institucional.
El historiador abunda sobre el tema de los movimientos latinoamericanos que apoyaron a candidatos socialdemócratas, quienes al llegar al poder no les cumplieron acuerdos ni promesas de campaña. Por ejemplo, agrega, en Brasil el presidente Luiz Inacio Lula da Silva no realizó la reforma agraria como se había comprometido con el Movimiento de los Sin Tierra. Y en Bolivia, el presidente Evo Morales no realizó la “nacionalización sin indemnización” que había pactado con movimientos indígenas y otros sectores sociales.
En el fondo, agrega, los gobiernos de izquierda de América Latina no han eliminado las políticas neoliberales, ni reconstruido el tejido social, ni impulsado una democratización real de la vida ciudadana, “ni han cambiado las jerarquías culturales, seculares y milenarias que seguimos padeciendo”.
Lo único que han hecho, indica, es “atemperar o aminorar los peores efectos del neoliberalismo y hacer más soportable el capitalismo, pero sin atacar de raíz el problema. Y por eso la esencia del proyecto neozapatista se reivindica fundamentalmente como anticapitalista. De ahí la diferencia y el deslinde de la izquierda institucional, y en especial del PRD”.
En su libro, y en la larga entrevista, Aguirre Rojas dice que otra de las “lecciones” neozapatistas se refiere a la crisis del movimiento altermundista, que debe pasar de la denuncia y la apertura indiscriminada, a integrar un frente que apueste por una nueva sociedad a escala planetaria.

Sunday, October 14, 2007

El Foro Social Mundial, en la encrucijada

Neil Harvey

Con la inauguración del Foro Social Mundial (FSM) en Porto Alegre, Brasil, en enero de 2001, se alcanzó una nueva etapa en la evolución del movimiento por la justicia global.
El FSM fue el proyecto original de movimientos sociales con cierta asociación con el Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil. El movimiento ATTAC en Francia dio fuerte apoyo a la idea en las primeras etapas; algunas de sus personalidades clave estaban conectadas con el periódico Le Monde Diplomatique.
En Asia la proposición brasileña, lanzada en junio de 2000, recibió un rápido y entusiasta apoyo, entre otros, del instituto de investigación y apoyo de Focus on the Global South (Foco en el Sur del Globo), con sede en Bangkok.
La intención era que Porto Alegre fuera contrapunto para Davos, acto anual en ese centro turístico en los Alpes suizos, donde las más poderosas personalidades empresariales y políticas se congregan para identificar y evaluar las tendencias más recientes en los asuntos globales. Por cierto, el punto de mayor interés del primer FSM fue un debate transcontinental entre George Soros y otras personalidades de Davos, con representantes de movimientos sociales reunidos en Porto Alegre.
Se contrastó el mundo de Davos con el de Porto Alegre: el mundo de los ricos del globo con el del resto de la humanidad. Fue este contraste el que originó el lema tan resonante de "Otro mundo es posible".
Existía otra dimensión simbólica importante: mientras Seattle fue el lugar de la primera gran victoria del movimiento trasnacional contra la globalización corporativa -el colapso en medio de masivas protestas callejeras de la tercera reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio-, Porto Alegre representó la transferencia, al sur, del centro de gravedad de ese movimiento. Proclamado "espacio abierto", el FSM se convirtió en imán para redes globales concentradas en diferentes temas, desde la guerra contra la globalización, la regionalización, el racismo y la opresión de género, hasta la búsqueda de alternativas. Versiones regionales del FSM fueron el resultado, la más importante el Foro Social Europeo y el Foro Social Africano, y en numerosas ciudades de todo el mundo se realizaron e institucionalizaron foros locales.
Las funciones del FSM
Desde su establecimiento, el FSM tuvo tres funciones críticas contra la sociedad civil global:
Primero. Representa un espacio -tanto físico como temporal- para que este movimiento diverso se reúna, vincule y, simplemente, se vigorice y afirme.
Segundo. Es un retiro en el que el movimiento reúne sus energías y traza las direcciones de su continuo impulso para enfrentar y hacer retroceder los procesos, instituciones y estructuras del capitalismo global. Naomi Klein, autora de No logo, subrayó esa función cuando dijo a una audiencia en Porto Alegre, en enero de 2002, que la necesidad del momento era "menos sociedad civil y más desobediencia civil."
Tercero. El FSM ofrece un lugar y espacio para que el movimiento elabore, discuta y debata la visión, los valores y las instituciones de un orden del mundo alternativo, construido sobre una comunidad real de intereses. El FSM es, por cierto, un macrocosmo de tantos proyectos más pequeños pero igualmente importantes realizados en todo el mundo por millones que han dicho a los reformistas, a los cínicos y a los realistas que se echen a un lado porque, por cierto, otro mundo es posible y necesario.
Democracia directa en acción
El FSM y sus numerosos vástagos son importantes no sólo como sitios de fortalecimiento y debate, sino como democracia directa en acción. La agenda y las reuniones son planificadas con meticulosa atención al proceso democrático. Mediante una combinación de reuniones personales periódicas y de intensos contactos por correo electrónico, la red del FSM logró realizar actos y llegar a decisiones por consenso. A veces eso podía costar mucho tiempo y también causar frustraciones. Y cuando se era parte de un esfuerzo organizador que involucraba a cientos de organizaciones, como Focus on the Global South -lo fuimos durante la organización del FSM en Mumbai en 2004-, podía ciertamente ser muy frustrante.
Pero se trataba de democracia directa, y la democracia directa estaba en plena forma en el FSM. Se podría decir, entre paréntesis, que las experiencias de democracia directa en Seattle, Praga, Génova y las otras grandes movilizaciones de la década fueron institucionalizadas en el proceso del FSM o de Porto Alegre.
El principio central del enfoque organizativo del nuevo movimiento es que no vale la pena llegar al objetivo deseado si los métodos violan el proceso democrático, si sus propósitos son alcanzados a través de medios autoritarios. Tal vez el subcomandante Marcos de los zapatistas fue quien expresó mejor el sesgo organizativo: "el movimiento no tiene futuro si éste es militar. Si el EZLN se perpetúa como estructura armada militar va al fracaso. Al fracaso como opción de ideas, de posición frente al mundo. Y lo peor que le podría pasar, aparte de eso, sería que llegara al poder y se instalara como ejército revolucionario". El FSM comparte esa perspectiva.
Lo interesante es que apenas ha habido un intento de algún grupo o red de "apoderarse" del proceso del FSM. Hay bastantes grupos de "antiguos movimientos" que participan en el foro, incluyendo partidos "democráticos centralistas" a la antigua, así como partidos socialdemócratas tradicionales afiliados a la Internacional Socialista. Pero ninguno de ellos ha hecho muchos esfuerzos por orientar el FSM hacia formas de organización más centralizadas o jerárquicas. Al mismo tiempo, a pesar de su desconfianza hacia los partidos políticos, los "nuevos movimientos" nunca trataron de excluir a los partidos y a sus afiliados de un papel significativo en el foro. Por cierto, Mumbai 2004 fue organizado conjuntamente por una improbable coalición de movimientos sociales y de partidos marxista-leninistas, un conjunto de actores que no son conocidos por sus armoniosas relaciones en el frente interior.
Tal vez una razón apremiante para el modus vivendi de los antiguos y nuevos movimientos fue la comprensión de que se necesitaban mutuamente en la lucha contra el capitalismo global y que la fuerza del novato movimiento global residía en una estrategia de redes descentralizadas que se basaba no sólo en la creencia doctrinaria de que una clase estaba destinada a dirigir la lucha, sino en la realidad de la marginalización común de prácticamente todas las clases, estratos y grupos bajo el reino del capital global.
Lo que constituye un espacio abierto
El FSM no ha estado exento, sin embargo, de críticas, inclusive desde sus filas. Parecería que una crítica en particular tiene mérito. Es la acusación de que el foro como institución no está anclado en luchas políticas globales reales, y que eso lo convierte en festival anual con impacto social limitado.
Esto contiene, a mi juicio, una verdad que no deja de tener importancia. Muchos de los fundadores del FSM han interpretado el concepto de "espacio libre" como modo liberal, es decir, que el foro no endose explícitamente ninguna posición política ni lucha en particular, aunque sus grupos constituyentes pueden hacerlo.
Otros han estado en desacuerdo diciendo que la idea de un "espacio abierto" puede ser interpretada como modo partidario, como la promoción explícita de algunos puntos de vista por sobre otros y como toma de posición abierta en luchas globales cruciales. Desde este punto de vista, el FSM enfrenta la ilusión de que puede quedarse fuera del tumulto y que eso conducirá a que se convierta en especie de foro neutral, en el que la discusión estará cada vez más aislada de la acción. La energía de las redes de la sociedad civil deriva de que estén involucradas en luchas políticas, dicen proponentes de esa perspectiva. El motivo por el que el FSM resultó ser tan excitante en sus primeros años fue por su impacto afectivo: suministraba una oportunidad para recrear y reafirmar la solidaridad contra la injusticia, la guerra y por un mundo que no estuviera sometido al control del imperio y del capital. Se dice que el que el foro no haya adoptado una posición sobre la guerra contra Irak, el problema palestino y la Organización Mundial de Comercio lo hace menos relevante y menos inspirador para muchas de las redes que había reunido.
Caracas contra Nairobi
Por eso el sexto FSM realizado en Caracas, en enero de 2006, fue tan vigorizante y tónico. Colocó a unos 50 mil delegados en el ojo de la tormenta, en una lucha presente contra el imperio, donde se mezclaron con venezolanos militantes, sobre todo pobres, involucrados en un proceso de transformación social, mientras observaban a otros venezolanos, sobre todo de la elite y la clase media, que participaban en una amarga oposición. Caracas fue una estimulante confrontación con la realidad.
Es también el motivo por el cual el séptimo FSM realizado en Nairobi fue tan decepcionante. Su política fue diluida y los intereses del gran capital vinculados a la elite gobernante de Kenia fueron descarados en su comercialización. Inclusive Petrobras, la corporación petrolera estatal brasileña, una de las principales explotadoras de los recursos naturales de Latinoamérica, se dedicó a pregonar que era amiga del foro. Hubo un fuerte sentido en Nairobi de que se retrocedía en lugar de avanzar.
El FSM está en una encrucijada. Hugo Chávez capturó la esencia de la coyuntura cuando advirtió a los delegados en enero de 2006 sobre el peligro de que el foro se convirtiera simplemente en foro de ideas, sin agenda para la acción. Dijo a los participantes que no les quedaba otra alternativa que encarar la cuestión del poder: "debemos tener una estrategia de 'contrapoder'. Nosotros, los movimientos sociales y los movimientos políticos, debemos ser capaces de ocupar espacios de poder a nivel local, nacional y regional".
El desarrollo de una estrategia de contrapoder o de contrahegemonía no tiene que significar que se vuelva a caer en viejos modos jerárquicos y centralizados de organización, característicos de la antigua izquierda. Una estrategia semejante puede ser fomentada mejor mediante la formación de redes de múltiples niveles y horizontal, en la que los movimientos y organizaciones representadas en el FSM se han distinguido en el fomento de sus luchas en particular. La articulación de sus batallas en la acción significará que se forjará una estrategia común mientras se ganan fuerzas de la diversidad y del respeto por esta última.
Después de la decepción que significó Nairobi, muchos antiguos participantes en el foro se preguntan: ¿Es el FSM el vehículo más adecuado para la nueva etapa en la lucha del movimiento por la justicia global y la paz? O habiendo cumplido su función histórica de sumar y vincular los diversos movimientos de oposición provocados por el capitalismo global, ¿será hora de que el foro levante su campamento y deje sitio para nuevos modos de organización global de la resistencia y la transformación?
* Walden Bello es director ejecutivo de Focus on the Global South y profesor de sociología de la Universidad de Filipinas

Alimentación y Vía Campesina

Neil Harvey

La alimentación se está volviendo tema central en gran parte del mundo. Por ejemplo, en el reciente encuentro con los pueblos zapatistas en Chiapas, los y las representantes de varios movimientos rurales de la red global Vía Campesina compartieron sus análisis de las luchas en el campo. A pesar de las diferencias de cada país, era posible percibir un objetivo común: la defensa de la agricultura campesina como el sustento de una sana, accesible y diversificada alimentación. Al mismo tiempo, en México se inicia una nueva campaña llamada Sin Maíz no Hay País, con el fin de defender la soberanía alimentaria y reactivar al campo (ver la página web SIN MAIZ NO HAY PAIS; VIA CAMPESINA
Sabemos que en aquellos países donde un significante porcentaje de la población depende de manera directa del campo, las políticas neoliberales han tenido un impacto muy fuerte, presionando a los campesinos a entrar en los mercados globales en términos muy desventajosos o a simplemente abandonar la agricultura.
Por ejemplo, en India, donde 65 por ciento de la población trabaja en el sector agrícola, Yudvir Singh (de la Unión Campesina Bhartiya Kissan, de India) denunció el hecho de que la apertura comercial haya llevado a una caída de los ingresos de los campesinos. En vez de garantizar mejores precios y salarios, el gobierno sólo ofrece créditos para que compitan con productores de otros países. Sin posibilidades de pagar sus deudas y sin ingresos que les permitieran salir de la pobreza, alrededor de 150 mil campesinos se han suicidiado en India desde 1992. Al mismo tiempo, el gobierno está usando una ley que data de la época colonial para ofrecer las mejores tierras a empresas privadas, reduciendo la cantidad de tierra disponible para producir alimentos y desplazando a más de 100 mil familias campesinas y más de 80 mil trabajadores agrícolas. Este proceso está siendo resistido por un amplio movimiento campesino, rebeliones locales y movimientos armados en el sur del país.
Algo parecido pasa en Brasil, donde el auge de la producción de etanol está llevando a graves conflictos, como señaló Soraia Soriano, del Movimiento dos Sem Terra (MST). Actualmente 46 por ciento de la tierra está en manos de uno por ciento de la población, o sea, la elite agroexportadora, que ha evitado la implementación de la Ley de Reforma Agraria de 1988. El gobierno de Lula se dedica más a promover la inversión en grandes obras de infraestructura y en la exportación de etanol, procesos que desplazan a los trabajadores del campo e incluso a algunos ganaderos que luego abren nuevos terrenos en la selva amazónica. Las mujeres del MST no se quedan con los brazos cruzados, y el 8 de marzo pasado ocuparon varias plantas de etanol en una protesta en contra de la firma de acuerdos entre los gobiernos estadunidense y brasileño para impulsar mayor producción de lo que Frei Betto correctamente ha llamado los necrocombustibles (La Jornada, 5 de agosto).
Por su parte, el representante de la Red Campesina del Norte de Tailandia, Uthai Sa Artchop, contó la historia de lucha regional en contra de los proyectos de monocultivo, la construcción de represas y la tala de los bosques. La resistencia toma la forma no solamente de marchas y protestas, sino también de la promoción de prácticas cotidianas (como la de utilizar saberes tradicionales, la recuperación de suelos y la rotación de cultivos). Tejo Pramono, de la Unión Campesina de Indonesia, notó la gran similitud entre las condiciones económicas y sociales en su país y en México. Al igual que en San Salvador Atenco, en Indonesia los campesinos defendieron sus tierras contra un proyecto de construir un aeropuerto en su localidad. También se organizaron en trabajos colectivos para proveer a las familias alimentos producidos con métodos orgánicos.
Finalmente, en los países más industrializados, lo que queda de la agricultura familiar está siendo marginada por los grandes agronegocios. En Canadá, el nuevo gobierno conservador está debilitando el sistema de precios garantizados a los productores de cereales como el trigo, lo cual ha provocado una demanda legal por parte de la Unión Nacional de Agricultores. En Estados Unidos, el Congreso está discutiendo una nueva legislación que continuaría otorgando subsidios a las grandes compañías de exportación de granos, dejando a un lado la necesidad de apoyar los ingresos y los derechos de los pequeños productores y trabajadores agrícolas migrantes.
En todas partes se ha vuelto imprescindible reconocer los grandes aportes de las comunidades agrarias. Como dijo en Chiapas Dong Uk Min, de la Liga Campesina de Corea, la mera existencia de los seres humanos se debe a los campesinos y las campesinas del mundo. En México la campaña Sin Maíz no Hay País contribuye a esta revaloración y promueve una demanda nacional y global: el derecho a la alimentación.
La Jornada, Agosto 18, 2007

El no a la guerra en México y en el mundo

De la Iniciativa mexicana contra la guerra.
No en nuestro nombre

Para el Enkuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo

No hace tanto decenas de millones en todo el Planeta Tierra alzábamos voces y cuerpos diciendo No a la Guerra. Pero lo que vino después, los cientos de miles muertos en Irak, Bush reelecto, el miedo, la apatía y la desconfianza, parecen refrendar que es imposible frenar a Imperio…sólo parece

Nosotr@s como muchos otros y otras pensamos que la guerra, la violencia, como el poder, el dinero, las fronteras, los muros, las armas, la muerte, son las formas en ke Imperio ejerce su poder y dominio, son las formas ke rechazamos y ke no hacemos nuestras. Vemos ke kién el kamino de la violencia y de la guerra anda, tiene permanentemente a Imperio como interlocutor y espejo, como imagen, y debe recurrir a la órden y al kastigo, y muchas veces también a la tortura. Porke la guerra nace al intentar “imponer la voluntad al otro (u otra)”…

Soñar, krear y construir nuevas formas es todo un desafío, pero el partir de la libertad komo respeto a uno mismo y al otr@; de la justicia komo el acceso de todas y de todos por igual al bienestar; de la igualdad komo el rechazo a representaciones y jerarquías ke no partan del kolektivo y la comunidad; de la democracia horizontal, no representativa, construida por el consenso y el respeto a nuestra diversidad; de la información y la komunikación, ke son luces ke iluminan, komo bienes comunes; del respeto al planeta y a la naturaleza, y del amor ke kon el arte y la cultura permiten los sueños ke nos krean de nuevo y ke mundos nuevos construyen.

Parecería ke somos pokos ahora, pero no es verdad, somos muchos y muchas por todas partes, pero ya no interesa tanto ser muchos amontonados y confundidos, necesitamos dar un paso previo al de los muchos, el de elegir primero y encontrarnos después, desde nuestro korazón, con nuestro destino y compañía y poner toda nuestra kapacidad en krear concientemente nuevos mundos. Esos son los pasos de La Otra, ke parecen lentos komo los del karakol, o ke parecemos pokitos…


El no a la guerra en el mundo

La guerra, komo el capitalismo, y komo Imperio mismo, no existiría sin nosotr@s, somo kiénes les damos vida, les prestamos nuestros cuerpos y nuestra energía. Por eso el movimiento contra la guerra ya no puede solamente ocupar la kalle, espacio públiko fundamental, pero insuficiente. Es necesario ke okupe también los lugares donde la guerra se produce y se construye.

En Estados Unidos el movimiento contra la guerra es kada vez más un movimiento por la deserción, por negarse a ir a la guerra, son ya miles los ke lo han hecho, entre ellos algunos mexicanos komo Agustín Aguayo, oficial del ejército de Estados Unidos, médico y objetor de conciencia ke se negaba a portar armas en las calles de Bagdad de madrugada…

En Vizenza, en Italia, los cuerpos de las personas organizadas impiden ke se construya una base militar, tomando el territorio, poniendo en crisis al poder…


En Rostock, en Alemania, los manifestantes no pudieron impedir la cumbre del G-8 -ke mostraba la responsabilidad del poder en el cambio climático- pero pudieron blokear el acceso por tierra a la cumbre.

Si hay un intento de agresión (seguramente nuclear) contra Irán, habrá probablemente blokeos y manifestaciones en bases militares, pistas de aterrizaje y aeropuertos, vías de ferrocarril, puertos y todo tipo de accesos. “Día de oración y de fiesta” komo decía Gandhi, kuando lograba parar la India entera… kizás eso habrá ke hacer pero en el planeta todo.

Pero kizás nuestra forma fundamental es la ke krea y construye, porke todos y todas estamos permanentemente pasando de la resistencia (ke frente a Imperio nos koloka, y no es por tanto, amable) al éxodo, en ke comenzamos a irnos y a krear otros mundos..

Karakoles globales

Los zapatistas, nuestros herman@s, llevan ya años construyendo otra kosa, autonomía en el gobernarse, otras formas de kultivo rechazando transgénicos y contaminación del suelo, otra salud, otra educación, otro comercio, otro arte, otra cultura e información, y hoy nos proponen en esta campaña por la tierra y el territorio, comenzar a krear otros lugares de resistencia y de éxodo, el campamento Cucapá, el Huitepec. Desde donde sale el sol, hasta donde se duerme, desde el sureste hasta el noroccidente… parece ke van despacio pero van más rápido ke nosotros y nosotras…

El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra en Brasil, ocupa tierras improductivas y las hace producir, se organiza, tiene su propio sistema de educación, y el compromiso de ke todos serán sin tierra, mientras haya uno sólo ke no la tenga…

En todo el planeta emergen okupas, centros sociales, espacios kulturales, efímeros o duraderos, intentando krear pedacitos de otros mundos, a veces en el corazón del Imperio…( bueno si es ke tiene corazón o una roka de asfalto tiene).

Y es sólo el comienzo, la urgencia es mucha por ke otro mundo, otros mundos, ya no son sólo posibles sino urgentes y necesarios… por nosotros, pero también por la tierra y la naturaleza toda…

Así muy pronto seremos kada vez más kapaces de irnos, de vivir fuera de Imperio, de construir mundos ke nos permitan hacerlo, esto será no sólo un akto de libertad y de placer sino una necesidad apremiante…



El no a la guerra en México

Un pekeño dictador, ke sería solo parte de una obra de títeres sino estuviera matando tanto, ha decidido (igual ke otros más grandes) ke sólo la guerra puede sostenerlo, ante la imposibilidad del consenso. (Y es ke este es el destino de Imperio en este tiempo, la multitud inteligente le retira kada vez más su consenso y su apoyo, y entonces ejerce su dominio a través de la guerra…).

La primera guerra ke se inventó es contra el narkotráfiko. Es decir, jugar a la guerra contra la principal fuente de divisas del país, y la rama más productiva de la economía. Por supuesta ke komo en todas las guerras, los ke se conocen se ponen de acuerdo, mientras ke los ke no se conocen (es decir, los de abajo) se matan entre sí.

¿Y no tenemos nada ke decir sobre esto nos-Otros y nos-Otras? ¿por ké no despenalizar las drogas y akabar kon la sangre y los cientos de muertes? ¿por ké no permitir ke kada persona, de forma autónoma e informada, decida ke hace kon su cuerpo, sin imposición alguna de un Estado en extinción?.


Kieren también inventar una guerra contra el terrorismo, es decir, contra todo el ke se atreva a pensar, aktuar cuestionando la mentira y la muerte. Y es una tentación decir ke sí, decir ke no hay otro kamino ya, ke la violencia es la respuesta a violaciones, desapariciones, torturas y asesinatos, ke no pueden kedar impunes…

Para el EPR

Keremos decirles a los kompas ke entendemos su respuesta ante el silencio frente a las desapariciones de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez (también llamado Raymundo Rivera Bravo). Pero ke les pedimos ke preparemos todos juntos una respuesta civil y pacífica, ke permita un kambio verdadero y mucho más profundo ke todos los ke hasta hoy se han dado, porke…

Viene el 2010


Sabemos ke algo muy grande se prepara, desde debajo de la tierra, más grande ke 1810 y 1910, más grande porke a diferencia de esas dos revoluciones, no se trata de ke haya sangre y muerte para ke otros a mandar lleguen, y a diferencia de ellas, no será solo en este territorio, sino ke por el planeta se extenderá…más grande también porke no es un momento, una revolución, sino momento ke desata un proceso de kambio muy profundo, una re-evolución.

Y kuando algo así puede emerger, ellos intentarán ke nos ekivokemos, golpearnos antes de ke estemos listos, para ke en la guerra caigamos, porke solo kon la violencia y las armas saben hablar…

Y nos-Otr@s debemos recordar a ese palestino lleno de luz, Eduard Said ke hablaba de una “intinfada inteligente”, y construir kon paciencia la vueltación, ese levantamiento civil y pacífico, desde el korazón de kada una y kada uno, hasta ser pokitos, y luego ser más y más…

Esto es lo ke komo Iniciativa mexicana contra la guerra. No en Nuestro Nombre keriamos decirle a este Enkuentro…



DESDE el Espacio social y kultural
LA KARAKOLA
espacio colektivo de kreación

Sunday, June 03, 2007

Michael Chossudovsky: en planes de EU, el ataque nuclear a Irán

Blanche Pietrich, La Jornada, abril 30

Hace dos años, la comunidad académica de América del Norte calificó al profesor de la Universidad de Ottawa Michael Chossudovsky como "paranoico" por publicar sus hallazgos como analista militar. Decía que los preparativos de Estados Unidos para declarar la guerra a Irán incluían el uso de armamento nuclear. "Hoy hay más evidencias. Y ya nadie me dice paranoico", dice el economista canadiense en entrevista con La Jornada.
Dedicado desde hace tres años a la búsqueda, desclasificación y lectura de documentos oficiales del Pentágono, autor del sitio www.globalresearch.ca -primero en su categoría en la red cibernética-, Chossudovsky ha revelado un sólido proceso de planificación de un ataque contra la nación ubicada en la antigua Persia. Y ha analizado el funcionamiento del eje Estados Unidos-Israel-OTAN, como la nueva fuerza de ocupación.
"La idea de un ataque a Irán data desde la gestión de Bill Clinton. Pero a raíz de la ocupación a Irak, Irán surgió como el siguiente objetivo, en 2003. Primero fue el diseño de un proyecto que, bajo el código Theater Iran Near Term (Tirannt), elaboró un escenario simulado de una invasión de marines. Existe, además, el plan de contingencias, como borrador, para grandes operaciones de combate contra Irán, "CONPLAN 8022", y se pondría en marcha ante un eventual segundo 11 de septiembre.
Se trata, explica, de "planes conceptuales" que plantean operaciones tipo blietzkrieg contra cerca de 10 mil blancos identificados, no solamente militares, sino sobre todo de infraestructura civil.
-Para atacar a Irak, Estados Unidos habló de una "coalición" que en realidad no existió, aunque sí contó con la participación del Trío de las Azores, con Gran Bretaña y España. ¿Será igual en Irán, una aventura unilateral?
-No. En primer lugar, no existe un movimiento antibélico tan grande como en 2003. La fabricación de Irán como un "Estado canalla" ha sido efectiva. Se dice que tiene potencial e intenciones de construir armamento atómico. Los informes de la Agencia Internacional de Energía Atómica son categóricos: Teherán no tiene, ni ahora ni a largo plazo, ni capacidad ni planes para tener una bomba nuclear. Sin embargo, la maquinaria de propaganda de Estados Unidos lo da como un hecho.
Otro ejemplo es la supuesta declaración de Mahmud Ahmadineyad sobre la desaparición del Estado israelí. Lo que dijo, en su traducción correcta, es que podría desaparecer Israel como entidad sionista, como en su momento desapareció la Unión Soviética.
-¿Avizora usted un resultado tan desastroso como el de la ocupación a Irak?
-No, algo peor. Lo más peligroso es la redefinición de los conceptos teatro de guerra y guerra convencional, que ahora incluyen el uso de armas nucleares, las minibombas tácticas conocidas como mininukes, que a pesar de su reducido tamaño y del nombre que sugiere algo pequeño, tienen un potencial de destrucción de entre seis y 30 veces más que la bomba de Hiroshima.
"El cambio de etiqueta permite la utilización de estas armas letales conforme a las nuevas doctrinas militares de Estados Unidos, que presentan una guerra nuclear casi como una acción humanitaria. El riesgo radica en que estas armas, reclasificadas como convencionales, fueron incorporadas como parte del arsenal para Medio Oriente. Según esta nueva categoría, estas armas letales no son disuasivas, sino preventivas.
"En los informes sobre los ensayos con estas armas son descritas como 'inofensivas para la población civil', porque las pruebas son realizadas bajo tierra. Sin embargo, no se menciona que se trata de apenas 20 pies de profundidad. Tampoco se hace a alusión a lo más grave: el efecto de la radiación.
"Otra característica es que los comandos en acción tienen a su disposición, en el teatro de guerra, lo que llaman la 'caja de herramientas', donde pueden escoger, en el sitio, lo que consideren para maximizar la eficiencia de un ataque determinado. En el menú se ofrece desde una Kalachnikov hasta bombas de fragmentación o una mininuke.
"Ya solamente falta afirmar que 'estas bombas son buenas para su salud'. En las campañas de propaganda interna de las fuerzas armadas se minimizan los efectos colaterales de estas armas."
-¿Cuál sería el efecto?
-Los expertos han determinado que el uso de una sola de estas mininukes en Irán podría tener un efecto más catastrófico que en Chernobyl. El peligro de la radiación en esa zona sería un desastre humanitario de gran escala, incluso si no se usa un arma nuclear. Basta con ver el mapa. En Irán se juntan todos los teatros de guerra contemporáneos: Líbano, Afganistán e Irán, que además comparten, dentro de su composición multiétnica, a poblaciones con una misma lengua, el farsi.
-¿Quiénes entrarían en ese plan de guerra?
-Bajo el paraguas Conplan 2004, de Estados Unidos, se firmó un acuerdo de cooperación entre la OTAN e Israel, conforme al cual Israel ha estado haciendo un stock de armas supuestamente "preventivas". Turquía y, posiblemente, Azerbaiján y Georgia, entran en este esquema.
"En 2005 este plan dio un paso más con la orden del entonces secretario de la Defensa de Estados Unidos Donald Rumsfeld al Comando Estratégico para que formulara un plan "en caso de que ocurriese un segundo 11 de septiembre", bajo el supuesto de que Irán estuviera detrás de ese hipotético plan terrorista.
"En 2006, el Post publicó un informe del Pentágono en el que se admitía que un catastrófico segundo 11 de septiembre daría la oportunidad al ejército para avanzar sobre ese objetivo previamente planificado. Este plan está activado a partir de la directiva emitida por el presidente dentro del Plan de Seguridad Nacional, que autoriza el despliegue de armas nucleares. No se conoce el detalle de este plan, pero se sospecha que puede incluir un amplio despliegue tipo teatro de guerra, que incluye a Europa.
"Son cinco los países que tienen en sus bases mininukes y pilotos entrenados para bombardear con ellas: Bélgica, Alemania, Holanda, Turquía e Italia."
La guerra que viene
-¿Porqué esta información no ha causado alarma a escala mundial?
-Porque todo está perfectamente camuflado. El uso de la mininuke ya no está condicionado a la orden del teléfono rojo. Un militar en el teatro de operaciones puede decidir usarla dentro del menú de opciones que tiene. Y la opinión pública está profundamente desinformada.
-¿Cuándo podría estallar esta guerra?
-Eso no se puede decir, inciden diversos factores. Pero desde agosto del año pasado Estados Unidos incorporó a China y Rusia en ejercicios de gran envergadura. En tanto, se registra un gran despliegue militar en el Mediterráneo bajo mando alemán; se militariza las costas de Siria y Líbano, con Israel como fuerza aliada. Mientras tanto, en los ejercicios militares del Mediterráneo y el golfo Pérsico se presenta a Irán como enemigo hipotético.
-¿La pérdida de popularidad y margen de maniobra de Bush no le impiden dar un paso de esa envergadura?
-El no decide. Son la CIA, el vicepresidente Dick Cheney y el complejo industrial petrolero-militar. Algunos factores son favorables. No será una decisión unilateral. En el Consejo de Seguridad de la ONU, Francia, que se opuso en la primera fase de la invasión a Irak, ahora está de acuerdo. Alemania también. Otra desventaja es que no hay un movimiento antibélico como el de hace cuatro años.
"Por decir esto hace dos años me dijeron paranoico. Ya no me lo dicen más. Pero no hay una alarma mundial."
-¿La virtual derrota de Estados Unidos en Irak puede frenar este plan?
-Sí, es un factor.
-Al inicio de la ocupación en Irak, a pesar de lo que se decía, no hubo resistencia. ¿Cómo se organiza el ejército de Irán ante esta amenaza?
-Se dice que en Irak hubo sobornos a los altos mandos militares para que abandonaran la plaza. Pero Irak sabía que iba a perder la primera batida de todos modos. Irán es diferente. Sabe que no puede ganar, pero Estados Unidos tampoco. Tiene un sistema de defensa aérea fuerte, con misiles chinos y rusos. A Irak antes le desmantelaron su capacidad aérea. En Irán, con 60 millones de habitantes, hay servicio militar obligatorio. Es una potencia militar. Y una mininuke no sería catastrófica sólo para ellos, sino para la humanidad entera.

Introducción a la mesa "América Latina abajo y a la izquierda: las experiencias autónomas de los movimientos sociales".

Global Meeting, Venecia 30, 31 de marzo y 1 de abril de 2007.

Ángel Luis Lara

A día de hoy resulta evidente que América Latina constituye un territorio político imprescindible para entender el presente de los movimientos sociales contemporáneos y sus luchas, los contenidos que abordan y por los que se baten en sus prácticas, los repertorios de acción colectiva que activan, así como las relaciones que establecen con lo institucional en sus diferentes formas, incluidas las experiencias de autogobierno que se apoyan en dinámicas constituyentes muy otras nacidas desde abajo.
América Latina es un continente en movimiento al que hay que escuchar y leer. De México a Argentina, pasando por Ecuador, Venezuela, Brasil o Bolivia, en los últimos años hemos asistido a enormes impulsos de cambio social que han emergido desde abajo, ya sea con el epicentro puesto en sectores urbanos, campesinos, estudiantiles, indígenas o, sobre todo, espacios híbridos que han dotado de una potencia inusitada algunos de los movimientos más importantes, llegando incluso a convertirse en acontecimientos comunicativos en el mundo entero. Dichos impulsos han dado centralidad a cuestiones que rebotan por todo el planeta. Las maneras en las que los diferentes movimientos están afrontando temáticas como la democracia, los bienes comunes, la gestión de los recursos, la autonomía, los modelos de desarrollo, la acción transnacional, la creciente crisis de la representación o del Estado-nación, hacen en muchos casos de América Latina un espejo que, como dicen los zapatistas, no sirve tanto para mirarse como para ser atravesado.
América Latina es hoy un espacio continental nuevo en el interior del proceso global de reorganización imperial del mundo. Los procesos constituyentes que han nacido apoyados en el peso cualitativo de las luchas sociales que cubren el continente, están encontrando en la coyuntura global actual un factor favorable. La crisis ya más que evidente del unilateralismo norteamericano, unida al vacío real de potencia del proyecto socialdemócrata en Europa (sintetizado en los repetidos ejercicios semánticos que constituyen hoy su única táctica y que se desmoronan frente a la materialidad de sus políticas reales –véase sino el “pacifismo militarista” de Zapatero, Prodi o Bertinotti en Afganistán-), han impedido hasta el momento la concentración de dinámicas represivas a gran escala capaces de frenar la rica y agitada realidad política del continente latinoamericano. Un enclave privilegiado en el que se condensan de manera paradigmática muchas de las transformaciones que han experimentado las relaciones entre dominadores y dominados en los últimos tiempos.
Las luchas sociales latinoamericanas han desatado un proceso de disolución tendencial de todo carácter unitario y unívoco de la soberanía en su territorio y más allá, llevando a las dinámicas modernas de gobierno hasta su límite. Los sistemas rígidos asociados al ejercicio de la gobernabilidad se caen a pedazos frente a unas resistencias sociales difusas y permanentes que imponen respuestas en términos de flexibilidad y apertura. La governance, esa nueva mecánica de modulación de las relaciones de poder por parte del capital que pugna por controlar los conflictos sociales y los procesos administrativos, emerge y se desarrolla precisamente en esa crisis desatada por las luchas sociales, encontrando en el escenario latinoamericano una materialización paradigmática no solamente de su condición de nuevo campo para el ejercicio del poder, sino también para el desarrollo de la potencia de unos movimientos conscientes de que ese es el territorio complejo en el que se juega hoy la materialidad de los proyectos emancipatorios, su desarrollo, su multiplicación y su supervivencia en un régimen global de guerra que impone cada vez más un estado de excepción permanente.
El carácter ingobernable del exceso que implican las nuevas formas de subjetivación y de vida que portan en su seno muchos de los nuevos movimientos latinoamericanos explica de manera paradigmática el fundamento de la guerra de nuestros días: la histeria de los poderosos ante la excedencia colectiva que emana y se escapa por abajo desata el recurso desesperado al ejercicio de la violencia, de cuyas consecuencias dan buena cuenta los sucesos de Atenco y la feroz represión contra la “Comuna de Oaxaca”, en México. En este sentido, la governance encuentra en la realidad latinoamericana la realización de su doble cara: respuesta desesperada del poder a la crisis y, al mismo tiempo, espacio de expresión de las pretensiones de los movimientos. En el fondo, es ese carácter ambivalente de la governance como nueva forma de la crisis el que está en la base de las relaciones flexibles y conflictivas de los movimientos con las instituciones y los nuevos gobiernos surgidos en Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia o Ecuador, por citar algunos ejemplos.
Elemento determinante de esa crisis sistémica en el contexto latinoamericano es la superación por parte de muchos de los movimientos de las formas de organización del cambio social vinculadas a las viejas tipologías de la representación, los partidos y los proyectos revolucionarios ligados a la rearticulación del Estado moderno. Algunas de las dinámicas de movimiento más potentes están empujando en este sentido en Latinoamérica, liberando definitivamente los procesos de toda condición eurocéntrica asociada a las lógicas de desarrollo afines a las mistificaciones propias del liberalismo político, poniendo en jaque tanto las teorías de la dependencia y las políticas que históricamente han emanado de ellas, como la recomposición del orden a partir del modelo formal y representativo de democracia.
Mención aparte merecen los pueblos indios, que de manera más radical y creativa han abierto brecha en este sentido. El impulso democrático y la defensa de los bienes comunes que protagonizan sus luchas deben ser valorizados junto a la potente paradoja que se materializa en el hecho de que precisamente han sido los más primeros de esas tierras, los pueblos originarios, los que han inducido uno de los saltos adelante más relevantes al hilo de la apertura de una línea de fuga en el tiempo que ha erosionado decisivamente las categorías políticas propias de la modernidad. Toda una historia de resistencias, de lucha por la autonomía, de experiencias de cooperación social y democracia directa, de defensa de lo común, de conquista de autogobierno y de valorización de la diferencia. El trazo complejo de un antagonismo difuso que conviene valorizar a la hora de interrogarse sobre los nuevos vientos que agitan América Latina y que está siendo determinante en el impulso de una mutación antropológica y política decisiva de unas clases subalternas que ya no se resignan al papel de objetos de la representación, sino que conquistan y defienden su derecho a ser sujetos de expresión implicados en la constitución colectiva de otras relaciones sociales y otras formas de vida.
Lo que parece claro cuando uno bucea en la complejidad de los movimientos que se agitan abajo y a la izquierda en América Latina, es que todo intento de reducción y sujeción de las diferencias dentro de un esquema ideológico resulta una empresa imposible. La multiplicidad de luchas y propuestas, así como la creatividad política que aportan sus diferentes experiencias, no puede ser encerrada en un cuadro unitario. Quizá sea precisamente esta la novedad más importante de una vida política latinoamericana atravesada en nuestros días por una irreducible pluralidad de aspiraciones y prácticas radicalmente democráticas.
En su devenir, tres son las cuestiones que probablemente tienen un mayor interés para los movimientos a escala global a partir de las experiencias de los movimientos sociales latinoamericanos. El primero lo constituye el decisivo horizonte post-nacional que cada vez más tienen las luchas en el continente. El segundo sería cómo se relaciona la autonomía de los movimientos con los dispositivos programáticos y las dinámicas administrativas de los nuevos gobiernos que han surgido en países como Venezuela, Bolivia, Ecuador o Brasil. El tercero se pregunta qué nos están diciendo las importantes dinámicas de autoorganización social que protagonizan experiencias como La Otra Campaña en México, cuando apuntan la necesidad de una praxis de defensa y desarrollo de la autonomía de los movimientos, a través de la articulación de un éxodo .



Thursday, May 24, 2007

A día de hoy resulta evidente que América Latina constituye un territorio político imprescindible para entender el presente de los movimientos sociale

Blanche Pietrich, La Jornada, abril 30

Hace dos años, la comunidad académica de América del Norte calificó al profesor de la Universidad de Ottawa Michael Chossudovsky como "paranoico" por publicar sus hallazgos como analista militar. Decía que los preparativos de Estados Unidos para declarar la guerra a Irán incluían el uso de armamento nuclear. "Hoy hay más evidencias. Y ya nadie me dice paranoico", dice el economista canadiense en entrevista con La Jornada.
Dedicado desde hace tres años a la búsqueda, desclasificación y lectura de documentos oficiales del Pentágono, autor del sitio www.globalresearch.ca -primero en su categoría en la red cibernética-, Chossudovsky ha revelado un sólido proceso de planificación de un ataque contra la nación ubicada en la antigua Persia. Y ha analizado el funcionamiento del eje Estados Unidos-Israel-OTAN, como la nueva fuerza de ocupación.
"La idea de un ataque a Irán data desde la gestión de Bill Clinton. Pero a raíz de la ocupación a Irak, Irán surgió como el siguiente objetivo, en 2003. Primero fue el diseño de un proyecto que, bajo el código Theater Iran Near Term (Tirannt), elaboró un escenario simulado de una invasión de marines. Existe, además, el plan de contingencias, como borrador, para grandes operaciones de combate contra Irán, "CONPLAN 8022", y se pondría en marcha ante un eventual segundo 11 de septiembre.
Se trata, explica, de "planes conceptuales" que plantean operaciones tipo blietzkrieg contra cerca de 10 mil blancos identificados, no solamente militares, sino sobre todo de infraestructura civil.
-Para atacar a Irak, Estados Unidos habló de una "coalición" que en realidad no existió, aunque sí contó con la participación del Trío de las Azores, con Gran Bretaña y España. ¿Será igual en Irán, una aventura unilateral?
-No. En primer lugar, no existe un movimiento antibélico tan grande como en 2003. La fabricación de Irán como un "Estado canalla" ha sido efectiva. Se dice que tiene potencial e intenciones de construir armamento atómico. Los informes de la Agencia Internacional de Energía Atómica son categóricos: Teherán no tiene, ni ahora ni a largo plazo, ni capacidad ni planes para tener una bomba nuclear. Sin embargo, la maquinaria de propaganda de Estados Unidos lo da como un hecho.
Otro ejemplo es la supuesta declaración de Mahmud Ahmadineyad sobre la desaparición del Estado israelí. Lo que dijo, en su traducción correcta, es que podría desaparecer Israel como entidad sionista, como en su momento desapareció la Unión Soviética.
-¿Avizora usted un resultado tan desastroso como el de la ocupación a Irak?
-No, algo peor. Lo más peligroso es la redefinición de los conceptos teatro de guerra y guerra convencional, que ahora incluyen el uso de armas nucleares, las minibombas tácticas conocidas como mininukes, que a pesar de su reducido tamaño y del nombre que sugiere algo pequeño, tienen un potencial de destrucción de entre seis y 30 veces más que la bomba de Hiroshima.
"El cambio de etiqueta permite la utilización de estas armas letales conforme a las nuevas doctrinas militares de Estados Unidos, que presentan una guerra nuclear casi como una acción humanitaria. El riesgo radica en que estas armas, reclasificadas como convencionales, fueron incorporadas como parte del arsenal para Medio Oriente. Según esta nueva categoría, estas armas letales no son disuasivas, sino preventivas.
"En los informes sobre los ensayos con estas armas son descritas como 'inofensivas para la población civil', porque las pruebas son realizadas bajo tierra. Sin embargo, no se menciona que se trata de apenas 20 pies de profundidad. Tampoco se hace a alusión a lo más grave: el efecto de la radiación.
"Otra característica es que los comandos en acción tienen a su disposición, en el teatro de guerra, lo que llaman la 'caja de herramientas', donde pueden escoger, en el sitio, lo que consideren para maximizar la eficiencia de un ataque determinado. En el menú se ofrece desde una Kalachnikov hasta bombas de fragmentación o una mininuke.
"Ya solamente falta afirmar que 'estas bombas son buenas para su salud'. En las campañas de propaganda interna de las fuerzas armadas se minimizan los efectos colaterales de estas armas."
-¿Cuál sería el efecto?
-Los expertos han determinado que el uso de una sola de estas mininukes en Irán podría tener un efecto más catastrófico que en Chernobyl. El peligro de la radiación en esa zona sería un desastre humanitario de gran escala, incluso si no se usa un arma nuclear. Basta con ver el mapa. En Irán se juntan todos los teatros de guerra contemporáneos: Líbano, Afganistán e Irán, que además comparten, dentro de su composición multiétnica, a poblaciones con una misma lengua, el farsi.
-¿Quiénes entrarían en ese plan de guerra?
-Bajo el paraguas Conplan 2004, de Estados Unidos, se firmó un acuerdo de cooperación entre la OTAN e Israel, conforme al cual Israel ha estado haciendo un stock de armas supuestamente "preventivas". Turquía y, posiblemente, Azerbaiján y Georgia, entran en este esquema.
"En 2005 este plan dio un paso más con la orden del entonces secretario de la Defensa de Estados Unidos Donald Rumsfeld al Comando Estratégico para que formulara un plan "en caso de que ocurriese un segundo 11 de septiembre", bajo el supuesto de que Irán estuviera detrás de ese hipotético plan terrorista.
"En 2006, el Post publicó un informe del Pentágono en el que se admitía que un catastrófico segundo 11 de septiembre daría la oportunidad al ejército para avanzar sobre ese objetivo previamente planificado. Este plan está activado a partir de la directiva emitida por el presidente dentro del Plan de Seguridad Nacional, que autoriza el despliegue de armas nucleares. No se conoce el detalle de este plan, pero se sospecha que puede incluir un amplio despliegue tipo teatro de guerra, que incluye a Europa.
"Son cinco los países que tienen en sus bases mininukes y pilotos entrenados para bombardear con ellas: Bélgica, Alemania, Holanda, Turquía e Italia."
La guerra que viene
-¿Porqué esta información no ha causado alarma a escala mundial?
-Porque todo está perfectamente camuflado. El uso de la mininuke ya no está condicionado a la orden del teléfono rojo. Un militar en el teatro de operaciones puede decidir usarla dentro del menú de opciones que tiene. Y la opinión pública está profundamente desinformada.
-¿Cuándo podría estallar esta guerra?
-Eso no se puede decir, inciden diversos factores. Pero desde agosto del año pasado Estados Unidos incorporó a China y Rusia en ejercicios de gran envergadura. En tanto, se registra un gran despliegue militar en el Mediterráneo bajo mando alemán; se militariza las costas de Siria y Líbano, con Israel como fuerza aliada. Mientras tanto, en los ejercicios militares del Mediterráneo y el golfo Pérsico se presenta a Irán como enemigo hipotético.
-¿La pérdida de popularidad y margen de maniobra de Bush no le impiden dar un paso de esa envergadura?
-El no decide. Son la CIA, el vicepresidente Dick Cheney y el complejo industrial petrolero-militar. Algunos factores son favorables. No será una decisión unilateral. En el Consejo de Seguridad de la ONU, Francia, que se opuso en la primera fase de la invasión a Irak, ahora está de acuerdo. Alemania también. Otra desventaja es que no hay un movimiento antibélico como el de hace cuatro años.
"Por decir esto hace dos años me dijeron paranoico. Ya no me lo dicen más. Pero no hay una alarma mundial."
-¿La virtual derrota de Estados Unidos en Irak puede frenar este plan?
-Sí, es un factor.
-Al inicio de la ocupación en Irak, a pesar de lo que se decía, no hubo resistencia. ¿Cómo se organiza el ejército de Irán ante esta amenaza?
-Se dice que en Irak hubo sobornos a los altos mandos militares para que abandonaran la plaza. Pero Irak sabía que iba a perder la primera batida de todos modos. Irán es diferente. Sabe que no puede ganar, pero Estados Unidos tampoco. Tiene un sistema de defensa aérea fuerte, con misiles chinos y rusos. A Irak antes le desmantelaron su capacidad aérea. En Irán, con 60 millones de habitantes, hay servicio militar obligatorio. Es una potencia militar. Y una mininuke no sería catastrófica sólo para ellos, sino para la humanidad entera.

"América Latina abajo y a la izquierda: las experiencias autónomas de los movimientos sociales"

Ángel Luis Lara: Introducción a la mesa "América Latina abajo y a la izquierda: las experiencias autónomas de los movimientos sociales". Global Meeting, Venecia 30, 31 de marzo y 1 de abril de 2007.

A día de hoy resulta evidente que América Latina constituye un territorio político imprescindible para entender el presente de los movimientos sociales contemporáneos y sus luchas, los contenidos que abordan y por los que se baten en sus prácticas, los repertorios de acción colectiva que activan, así como las relaciones que establecen con lo institucional en sus diferentes formas, incluidas las experiencias de autogobierno que se apoyan en dinámicas constituyentes muy otras nacidas desde abajo.
América Latina es un continente en movimiento al que hay que escuchar y leer. De México a Argentina, pasando por Ecuador, Venezuela, Brasil o Bolivia, en los últimos años hemos asistido a enormes impulsos de cambio social que han emergido desde abajo, ya sea con el epicentro puesto en sectores urbanos, campesinos, estudiantiles, indígenas o, sobre todo, espacios híbridos que han dotado de una potencia inusitada algunos de los movimientos más importantes, llegando incluso a convertirse en acontecimientos comunicativos en el mundo entero. Dichos impulsos han dado centralidad a cuestiones que rebotan por todo el planeta. Las maneras en las que los diferentes movimientos están afrontando temáticas como la democracia, los bienes comunes, la gestión de los recursos, la autonomía, los modelos de desarrollo, la acción transnacional, la creciente crisis de la representación o del Estado-nación, hacen en muchos casos de América Latina un espejo que, como dicen los zapatistas, no sirve tanto para mirarse como para ser atravesado.

América Latina es hoy un espacio continental nuevo en el interior del proceso global de reorganización imperial del mundo. Los procesos constituyentes que han nacido apoyados en el peso cualitativo de las luchas sociales que cubren el continente, están encontrando en la coyuntura global actual un factor favorable. La crisis ya más que evidente del unilateralismo norteamericano, unida al vacío real de potencia del proyecto socialdemócrata en Europa (sintetizado en los repetidos ejercicios semánticos que constituyen hoy su única táctica y que se desmoronan frente a la materialidad de sus políticas reales –véase sino el “pacifismo militarista” de Zapatero, Prodi o Bertinotti en Afganistán-), han impedido hasta el momento la concentración de dinámicas represivas a gran escala capaces de frenar la rica y agitada realidad política del continente latinoamericano. Un enclave privilegiado en el que se condensan de manera paradigmática muchas de las transformaciones que han experimentado las relaciones entre dominadores y dominados en los últimos tiempos.

Las luchas sociales latinoamericanas han desatado un proceso de disolución tendencial de todo carácter unitario y unívoco de la soberanía en su territorio y más allá, llevando a las dinámicas modernas de gobierno hasta su límite. Los sistemas rígidos asociados al ejercicio de la gobernabilidad se caen a pedazos frente a unas resistencias sociales difusas y permanentes que imponen respuestas en términos de flexibilidad y apertura. La governance, esa nueva mecánica de modulación de las relaciones de poder por parte del capital que pugna por controlar los conflictos sociales y los procesos administrativos, emerge y se desarrolla precisamente en esa crisis desatada por las luchas sociales, encontrando en el escenario latinoamericano una materialización paradigmática no solamente de su condición de nuevo campo para el ejercicio del poder, sino también para el desarrollo de la potencia de unos movimientos conscientes de que ese es el territorio complejo en el que se juega hoy la materialidad de los proyectos emancipatorios, su desarrollo, su multiplicación y su supervivencia en un régimen global de guerra que impone cada vez más un estado de excepción permanente.

El carácter ingobernable del exceso que implican las nuevas formas de subjetivación y de vida que portan en su seno muchos de los nuevos movimientos latinoamericanos explica de manera paradigmática el fundamento de la guerra de nuestros días: la histeria de los poderosos ante la excedencia colectiva que emana y se escapa por abajo desata el recurso desesperado al ejercicio de la violencia, de cuyas consecuencias dan buena cuenta los sucesos de Atenco y la feroz represión contra la “Comuna de Oaxaca”, en México. En este sentido, la governance encuentra en la realidad latinoamericana la realización de su doble cara: respuesta desesperada del poder a la crisis y, al mismo tiempo, espacio de expresión de las pretensiones de los movimientos. En el fondo, es ese carácter ambivalente de la governance como nueva forma de la crisis el que está en la base de las relaciones flexibles y conflictivas de los movimientos con las instituciones y los nuevos gobiernos surgidos en Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia o Ecuador, por citar algunos ejemplos.
Elemento determinante de esa crisis sistémica en el contexto latinoamericano es la superación por parte de muchos de los movimientos de las formas de organización del cambio social vinculadas a las viejas tipologías de la representación, los partidos y los proyectos revolucionarios ligados a la rearticulación del Estado moderno. Algunas de las dinámicas de movimiento más potentes están empujando en este sentido en Latinoamérica, liberando definitivamente los procesos de toda condición eurocéntrica asociada a las lógicas de desarrollo afines a las mistificaciones propias del liberalismo político, poniendo en jaque tanto las teorías de la dependencia y las políticas que históricamente han emanado de ellas, como la recomposición del orden a partir del modelo formal y representativo de democracia.

Mención aparte merecen los pueblos indios, que de manera más radical y creativa han abierto brecha en este sentido. El impulso democrático y la defensa de los bienes comunes que protagonizan sus luchas deben ser valorizados junto a la potente paradoja que se materializa en el hecho de que precisamente han sido los más primeros de esas tierras, los pueblos originarios, los que han inducido uno de los saltos adelante más relevantes al hilo de la apertura de una línea de fuga en el tiempo que ha erosionado decisivamente las categorías políticas propias de la modernidad. Toda una historia de resistencias, de lucha por la autonomía, de experiencias de cooperación social y democracia directa, de defensa de lo común, de conquista de autogobierno y de valorización de la diferencia. El trazo complejo de un antagonismo difuso que conviene valorizar a la hora de interrogarse sobre los nuevos vientos que agitan América Latina y que está siendo determinante en el impulso de una mutación antropológica y política decisiva de unas clases subalternas que ya no se resignan al papel de objetos de la representación, sino que conquistan y defienden su derecho a ser sujetos de expresión implicados en la constitución colectiva de otras relaciones sociales y otras formas de vida.

Lo que parece claro cuando uno bucea en la complejidad de los movimientos que se agitan abajo y a la izquierda en América Latina, es que todo intento de reducción y sujeción de las diferencias dentro de un esquema ideológico resulta una empresa imposible. La multiplicidad de luchas y propuestas, así como la creatividad política que aportan sus diferentes experiencias, no puede ser encerrada en un cuadro unitario. Quizá sea precisamente esta la novedad más importante de una vida política latinoamericana atravesada en nuestros días por una irreducible pluralidad de aspiraciones y prácticas radicalmente democráticas.

En su devenir, tres son las cuestiones que probablemente tienen un mayor interés para los movimientos a escala global a partir de las experiencias de los movimientos sociales latinoamericanos. El primero lo constituye el decisivo horizonte post-nacional que cada vez más tienen las luchas en el continente. El segundo sería cómo se relaciona la autonomía de los movimientos con los dispositivos programáticos y las dinámicas administrativas de los nuevos gobiernos que han surgido en países como Venezuela, Bolivia, Ecuador o Brasil. El tercero se pregunta qué nos están diciendo las importantes dinámicas de autoorganización social que protagonizan experiencias como La Otra Campaña en México, cuando apuntan la necesidad de una praxis de defensa y desarrollo de la autonomía de los movimientos, a través de la articulación de un éxodo .

Wednesday, January 03, 2007

Entrevista con Brad Will, febrero del 2006

La solidaridad en resistencia. Un sabor difícil de olvidar
Rafael Uzcátegui

A finales del mes de enero del 2006, el puñado de activistas involucrados en lo que se llamó el Foro Social Alternativo de Caracas estábamos tan cansados como orgullosos. Una voz disidente del militarismo, la izquierda momificada y autoritarismos varios había sido escuchada. Y como si fuera poco, esos días compartimos con una serie de personas extraordinarias provenientes de todo el planeta. Una de ellas fue Brad Will, un "gringo" simpático y larguirucho, de Indymedia Nueva York, que cámara en mano estuvo con nosotro/as los últimos días, copiando el video "Nuestro petróleo y otros cuentos" y haciendo un corto periplo a la sierra del Perijá para grabar el testimonio de los indígenas en lucha contra la explotación carbonífera. Antes de tomar su avión, grabamos una conversación que versó sobre sus inicios en el activismo y su propia participación en los sucesos de Seattle, la cual respondió utilizando su mejor repertorio en español. Esta entrevista inédita forma parte de un libro en preparación sobre el movimiento antiglobalización, difundida a propósito del asesinato de Brad por parte de mercenarios a sueldo del Estado mexicano. Que la tierra le sea leve.

- ¿Cómo te inicias en el activismo?

- Fue en la Universidad, pensando en un movimiento estudiantil que no existía. Era una Universidad pequeña, en el campo, en Pennsilvania, cerca de Pittsburg. Allí no había movimientos de ningún tipo. Tuve en esos días un pensamiento muy abierto, interesante y rebelde, pero no desde el lado político o con un grupo. La verdad es que no encontré mucha gente radical en mi vida hasta los 18 años, algunos eran del movimiento punk, pero nunca estuve con ellos, más bien mirando desde afuera. Cuando empezó la primera guerra contra Irak, pensé "hay activismo ahorita pero acá no hay nada". En la televisión miraba que no había nada. Y tenía la certeza de que había un movimiento pero miraba las noticias y no pasaban nada, así que pensé "las noticias están mintiendo y el gobierno es una mierda".

- ¿Cuales fueron los primeros grupos con que comienzas a relacionarte?

- Con grupos específicos ninguno. Después comencé a vivir en comunidades abiertas. Tenía amigos haciendo ciencias políticas y ellos leían mucho sobre anarquismo y hablamos un poco sobre esto. En ese tiempo pensaba "que mierda el comunismo en este mundo, que cerrada esta ideología, pero no me gusta nada de la cultura y la política de Estados Unidos" y estuve buscando. Entonces escribí un artículo en mi escuela sobre ecologismo y anarquismo y pensaba que era mi idea original. Pero después encontré otras cosas,incluso más radicales. Me gradué en Literatura y poesía y entré en una comunidad al otro lado del país, con Allan Ginsberg. El fue anarquista y encontré muchos otros artistas radicales también, pues también soy artista, lo que cambió mucho mi vida. Con este ingreso empecé a realizar una vida política. Esto fue entre el 93 y el 95. En esta época había un gran movimiento contra la guerra, pro Mumia Abu Jamal, y leía sobre eso y pensaba "que mierda es mi vida, estamos viviendo en un sistema totalmente corrupto". Viví cuando niño en un pueblo muy cerrado y muy blanco y no conocía mucho de la verdad del mundo, poco a poco fui abriendo mis ojos con fuerza, sin la ayuda de nadie. La comunidad era totalmente cerrada, mis padres son de la derecha, era una lucha para abrir mi vida también.

- ¿Cómo llegas a eso que se conoció como la Red de Acción Directa? (DAN por sus siglas en inglés)

- Fui a Seattle para la manifestación contra la Organización Mundial de Comercio y todo el mundo estaba hablando sobre eso, especialmente jóvenes y algunos viejos. Todos decían "esto es algo diferente, vamos a hacer algo totalmente diferente, con la participación de muchas diferentes partes. Este OMC es un ataque contra todo: la vida, la política, las bases, los pobres, el norte y el sur. Aquí es el momento, es nuestro momento para hacer un cambio". Mucha gente se fue de su trabajo, de sus vidas cotidianas, de sus novias. Tengo amigos que trabajaron en Seattle desde 6 meses antes de la manifestación, haciendo caravanas, campañas de educación popular sobre la protesta, el tema de la OMC y la destrucción de la globalización capitalista. En esa época estuve viviendo en New York en casas ocupadas con muchos anarquistas y trabajando con Reclama Las Calles (RTS). Participe en RTS en New York. Viajamos mucho a todo el país durante todo el año, muchos fueron al norte oeste para proteger los bosques antiguos y allá comprendí mucho del movimiento de acción directa llamado Herat First! -La Tierra Primero-, un movimiento anarquista verde, con el espíritu para proteger la vida del planeta con su cuerpo, consigo mismo. Esta mentalidad de cortar la ruta con su cuerpo y defender fue más y más fuerte en todas partes, especialmente en la costa oeste para proteger estos lugares verdes pero también entró en las ciudades como Reclama Las Calles.

- Habláme un poco más sobre Reclama Las Calles, las actividades previas a Seattle.

- No participamos en la manifestación antes de Seattle, del 18 de junio, lo vimos y pensamos "esto es increíble", el tema de la acción global es una gran inspiración para nosotros y empezamos a trabajar en eso. Para nosotros RTS fue más sobre la lucha local en nuestra ciudad donde había un alcalde muy fascista, quería cambiar toda la ciudad habiendo guerra contra la pobreza, contra los ocupas, contra los centros sociales, huertas comunitarias, inmigrantes, fue un cambio total de la ciudad. Estábamos enfrentando todo esto. Este alcalde era Guliani. Hicimos acciones locales con el tema del anticapitalismo, queríamos abrir espacios locales tratando las conexiones globales y hablamos mucho sobre este tipo de neoliberalismo. Pero en Estados Unidos la gente no usaba mucho esta palabra, y tampoco comprendía qué significaba. Era un nuevo paso. También estamos haciendo una fiesta en la calle, con política y baile, con trípodes y sound-system. Fue muy interesante, con la participación de muchos grupos distintos.

- ¿Estos grupos eran de la izquierda tradicional o de otro sector?

- Algunos eran de la universidad, tienen una mentalidad mas tradicional, muchos poco políticos pero están aprendiendo poco a poco. Movimiento ecologista, algunos anarquistas y gente del barrio radicales pero que no tienen un grupo específico. También se involucraron barrios con raíces radicales, y queríamos defender eso también, de muchos ocupas y en el que vivió gente como Emma Goldman y otra gente importante en la lucha internacional. También hubo una linda historia en los 60´s en este barrio. Organizamos en él un grupo de RTS, pero sin participación de sindicalistas o grupos políticos, más con jóvenes independientes. Años después se involucraron algunos sindicalistas radicales, que en Estados Unidos hay pocos, lo que fue una linda relación. En el 98 empezamos en Nueva York y realizamos algunos actos. Algunos de nosotros fuimos a Seattle, pero sobre todo asistió gente de San Francisco, Oregon, que estaban más cerca y tenían fácil para viajar por tierra. Fue por la misma epoca: 96, 97, 98 que hubo una nueva relación entre Earth First! y una central sindical de izquierda de esta región centro oeste, una sindical de metales. Hay un bosque precioso de árboles rojos de tres metros de ancho y 100 metros arriba, muy antiguos y organismos viejos del planeta. Defendimos mucho esto, cada año una lucha en esta zona que se llamaba Red Summers. Fue una muy buena relación. Hay un hombre que compró todo este bosque y empezó a cortar los árboles lentamente, suavemente, con inteligencia. Este nuevo dueño quería cortar todo, de manera ilegal destruyendo el agua, los lugares para los animales, muchas leyes para proteger el como cortar de una manera específica y el rompió todas las leyes. El compró una gran compañía de metales, Maxxam, y quería liquidar al sindicato. Teníamos el mismo enemigo y estábamos pensando "porqué no estamos juntos en esta lucha?" y la gente empezó una nueva relación. Y con eso abrimos un espacio muy bueno y una relación muy interesante, como verde y rojo. Fue algo nuevo, pues durante los 60´s no hubo nada parecido. Sindicales grandes, medianos y pequeñas, de todos lados, se organizaron para luchar contra la OMC, pero con una relación nueva aquí. Se empezó una coalición nueva en la historia de la izquierda.

- ¿En que momento te relacionas con la Red de Acción Directa?

- Fui mucho a campamentos, talleres, para ver que hacemos, para enseñar a los más jóvenes tácticas de acción directa. Hubo un taller de cuatro días en donde la gente empezó a hablar de cortar todas las rutas
para esta reunión de la OMC y no permitir a los participantes asistir. Fue una idea medio loca, en donde se hizo un diagrama como un pastel de la ciudad, teniendo como centro la reunión. Cada grupo decía "en esta parte queremos cortar", y otro colectivo decía "nosotros lo vamos a hacer aquí, pero si no funciona lo haremos aca", teniendo niveles y organizados en grupos regionales, como por ejemplo San Francisco que tenía como 100 personas dispuestas a cortar la ruta con su cuerpo. Los grupos pequeños cortaban tres calles o algo así, pero con esos pequeños grupos atraían mucha gente para ayudar. Mucha gente se unió sin saber nada de este plan, por grupos de afinidad, y cortaban la ruta en muchos sitios diferentes. Y funcionó muy bien. En ese momento los que organizaban el plan se llamaban Red de Acción Directa, pero sólo estaba pensado para estar en esa manifestación, durante tres días. La semana antes tuvimos 10 días de reuniones sobre este tema: "vamos a hacer, queremos consensos". Había reuniones con 10, 100 o mil personas, pero organizamos las discusiones en forma de rueda de bicicleta. En el medio se ponía una persona neutral, que ayudaba a que se hiciera la reunión y alrededor un vocero, y atrás de estos voceros estaba sus personas para hablar entre ellos. Con este método fue posible hablar entre muchos grupos, teniendo un vocero que decía lo que su grupo decidía. Fueron muchas reuniones cada día para decidir quien tomaba cada calle, a veces fue muy caótico. Ademas de la DAN estaban los sindicales, eran parte de una coalición pero haciendo una marcha mas tradicional, también estaban grupos mas radicales como anarquistas, pero aparte como un bloque negro, pero no era un grupo también era una coalición de pequeños grupos de afinidad. También hubo dos marchas que empezaron en las universidades, pero eran mas no afiliados.

La Batalla de Seattle
- Se ha hablado mucho de las relaciones y debates entre el bloque negro y la DAN

- Este grupo de Bloque Negro no habla con nadie, pero la gente sabe. Hablan de otra manera, con papeles y manifiestos pegados en la calle. "Vamos a hacer algo como esto", pero no entraron a ninguna reunión. Había grupos más liberales, mas antiguos, que fueron a las marchas caminando, era una mezcla muy grande. Es una ciudad muy blanca, no hay casi inmigrantes o negros viviendo allí. También era una crítica muy grande a esto.

- Cual era el sentimiento después de Seattle?

- Yo estuve encarcelado en Seattle. Me agarraron el segundo día, hubo muchos encarcelados ese día. Yo estaba libre, no en ningún bloque especifico, ayudando en lo que podía. Hice un bloqueo pequeño en un puerto, con tres amigos, con calma. Y la gente decía "quiero pasar", y le decíamos "no, no puede", sin golpes ni nada, solo hablando. Mucha gente tenía su credencial para participar, de ONG´s, liberales y decían "tengo que participar, estamos en el mismo lado". Y le decíamos "nadie quiere participar, hoy no hay reunión". Sólo 10% de la gente pudo entrar ese día pero no hicieron nada. Algunos tomaron el micrófono dentro de la reunión como forma de acción directa!, fue muy interesante. Nosotros estábamos afuera en la lluvia, un día de mal tiempo, estábamos sin dormir. El día anterior ocupamos una casa como una acción. Cada día había muchas acciones pequeñas. Otra vez fuimos a un Mc Donald´s y algunos chicos del Bloque Negro querían quebrar las vitrinas y los sindicalistas los paraban, era muy raro. Pero en la calle paramos la reunión. La policía entro haciendo un corredor con mucha fuerza, con todos los químicos que tenían, con mucho gas. Hacía años que no veíamos tanto gas junto en los Estados Unidos. Algunos chicos fueron listos y fueron a Seattle con máscaras antigas, y ellos participaron en el Bloque negro y caminaban tranquilamente devolviendo las lacrimógenas. Mucha gente de los bloqueos le dijo gracias a estos chicos del Bloque negro por la protección.
El segundo día tuvo una noche difícil, muchos fueron golpeados. La gente no creía lo que pasaba, a veceshabía lluvias de 10 minutos de gas de pimienta y la gente sólo esperaba en los bloqueos a que terminara. En la noche fue muy loco, hubo mucha gente apoyando. Fue interesante porque organizamos un grupo de médicos con pequeñitos colectivos de todas las ciudades, con voluntarios. Lo hicimos con decisiones consensuadas, tratando de crear ese nuevo mundo en este pequeño momento, si es temporal es temporal, pero tenemos que demostrar nosotros ahorita nuestra política. Hicimos esa vez algo con nuestros cuerpos, la única cosa que tenemos. Fue una gran sorpresa para la policía, pues sabían algo de la manifestación, de las tácticas pero no comprendían bien todo. Estuvimos comunicados por internet, walki talkies, teléfonos celulares; estuvimos preparando por meses la red de comunicación para esta manifestación, no sólo para charlar sino para hacer. Cuando tuvimos problemas con la policía en el corredor, se llamó a todo el mundo para ir allá. La policía se volteó a su espalda y había miles de personas en camino.

- Que pensabas cuando estabas en prisión?, ¿Que había valido la pena?.

- ¿Mi impresión? De que era impresionante. Escuchábamos "ganamos algo, no hubo reunión de nada". Estábamos pensando "que hacemos mañana?, es posible hacer lo mismo?". El grupo militar del estado estaba esperando afuera de la ciudad y entraron en la noche. Entraron como militar. Ellos no tienen sus armas militares pero tienen su uniforme, era un discurso visual. Desde hacía 25 años nadie había visto eso en los Estados Unidos. Estábamos pensando lo que hacer, y la policía creó un espacio donde estaba prohibido entrar, hizo un estado de sitio. Durante la noche fue el ataque del Bloque Negro a puntos de corporaciones que utilizan trabajo esclavo del tercer mundo, corporaciones que estaban en la reunión, fueron ataques muy particulares. Durante la noche el bloque negro atacó, muy enojados, y gente de la ciudad participó en esa manifestación. Esa noche entraron los militares, militares de provincia de Washington, no federal sino del gobernador. Tenemos esa cultura en Estados Unidos de que el militar es para afuera, para defender la frontera o en la guerra, pero dentro de los Estados Unidos tenemos una historia grande contra eso.
Otro tema interesante fue la solidaridad en la cárcel, fueron como 500 ó 800, algo así, a la cárcel. El segundo día fui a la marcha y la policía, zas!, me agarró y me robo todo. Estuve en un bus buscando la manifestación y entré en el estado de sitio, sin ideade que existía, con un grupo de tres amigos fui encarcelado. Encontramos más de 500 personas en la cárcel y hubo una resistencia dentro de la cárcel, con la idea de seguir la manifestación dentro de la cárcel. No solamente allá afuera, adentro seguíamos juntos en solidaridad para ayudar a cada uno. En resistencia, no participábamos de nada con la policía, no dábamos nuestra identificación, no dábamos nuestros nombres, tampoco las huellas digitales, con una resistencia pacífica pero fuerte. Y si querían sacar a una persona no se permitía, tenían que salir todas las personas. La policía no había visto nada así en su vida. Fue algo organizado, que fue un tema común de esos días, incluyendo al bloque negro. Fue muy interesante lo de la marcha sindical pues fue una división entre ellos, los que decían "mira, hay gas, hay policías golpeando, vamos a salir y hacer otra ruta" y otros decían "no, vamos allá, a nuestro destino".
Después de eso fue la reunión totalmente quebrada y sentíamos como una victoria. Yo estuve en la cárcel y no escuché nada. El tercer día con grupos sindicales, grupos viejos y religiosos radicales, grupos jóvenes marcharon a la cárcel y la rodearon. El juez tuvo que esconderse y cerrar todas las puertas. Los manifestantes presentaron una lista de demandas, diciendo que nosotros no estábamos presos sino
secuestrados. El jefe de policía tuvo que renunciar a su trabajo, y ganamos todas las demandas. Fue impresionante.

- ¿Porqué crees que la experiencia de Seattle no pudo repetirse en las siguientes manifestaciones?

- Después de eso volvimos a nuestras ciudades y pensábamos "mira a nosotros, que increíble". Y hablamos mucho sobre esto, hicimos un grupo de red de acción directa y la idea era de grupos ecologistas, grupos de pocas personas, hablamos de cual era la próxima vez. Hablamos sobre el 1 de mayo y sobre el Banco Mundial y decidimos lo del Banco Mundial. Fue poco tiempo después y no hubo tanto tiempo para organizar. La policía estuvo más preparada y en mayor cantidad.

- Se propuso que la DAN fuera una organización permanente?

- Es difícil comprender, era más como un grupo local incluyendo a RTS y mucho más gente, de Latinoamérica, de todas partes, era una izquierda nueva. Y la gente decía "mira esto, nunca vi desde hace 15 años algo así, es algo mágico". Fueron muchos pequeños grupos, algunos no querían usar el nombre DAN, algunos sí. Teníamos la idea para una red nacional y empezamos, y la verdad no funcionó. Sólo para algunos grupos, unos de Washington DC decían que lo de acción directa era muy restrictivo y había que abrirlo para que otra gente participara si no quería hacer acción directa. Con esto se empezó el grupo Mobilization for Global Justice y en este sentido, yo pienso que en Washington DC se perdió la posibilidad de hacer una red nacional. Toda la organización de la red de acción directa fue casi igual que la de AGP, fue como una manifestación de este grupo en los Estados Unidos, pero la gente no quiere usar un nombre de otra persona, sino usar uno propio, es algo muy estadounidense. En temas de unidad fue lo mismo.

- ¿El sentimiento antiglobalización ha disminuido en los Estados Unidos?

- Fue muy separado, difundido. hay una red para comunicar pero no es un grupo fijo y la verdad es que tenemos una promesa para cambiar el mundo y estamos con ganas de reunirnos cada semana y hacer una gran
manifestación cada cuatro meses, pero era muy difícil. Estamos pensando que esta lucha no es solamente en las manifestaciones, también es en cada sitio particular contra la policía local, allá contra las cárceles, allá con grupos de inmigrantes, allá con los sindicales y la gente lentamente salió en todas partes, pero sigue esta red de comunicación, pero como grupo se quebró.

11S, la guerra, el futuro

- Cual fue el impacto del 11S en el movimiento?

- Impactó bastante. Hay gente medio loca, con mucho miedo, escapando al campo. Fui a una reunión muy grande, como 300 personas o algo así, todas diferentes, "tenemos que hacer algo ahorita, sobre el tema de la reacción contra los inmigrantes del medio oeste, tenemos que hacer algo contra la guerra", pero fueron reuniones muy difíciles y la gente no quería ponerse de acuerdo. Antes del 11S Bush no tenía posibilidad de reelegirse presidente, mucha gente lo sabía. Después de eso su popularidad creció y fue un problema con esto. Bush se aprovechó de la cultura del miedo que se creó, la gente pensaba que estábamos en medio de una guerra y que no tenía sentido cambiar al jefe. También Bush tiene una base social muy grande, de gente de campo evangélica. Ellos son muy organizados, históricamente no votaban mucho pero con él todos fueron a votar.

- Cual crees que será el futuro?

- Ahorita es muy difícil decir que pasará. En el tiempo de las manifestaciones antiglobalización estábamos abriendo un nuevo espacio de consensos y autonomía. Estábamos a la cabeza de un nuevo movimiento, contra el capitalismo, no solamente contra el Estado sino para quebrar al sistema en su totalidad. Pero cuando comienza una guerra, con sangre, es otra cosa. Muchos grupos históricos de la izquierda hicieron una red muy amplia y suave contra la guerra, y allí no teníamos espacio, intentamos entrar como grupos radicales pero no teníamos espacio.
Yo no tengo mucha confianza de estos grupos que organizan las manifestaciones contra la guerra, hay una división muy fuerte entre dos tendencias, una más jerárquica y la otra mas horizontal, pero estos son los menores. Para mi esto de las movilizaciones antiguerra no es un movimiento, son una coalición. Hay muchas grandes manifestaciones en Nueva York, pero no aparecen en los medios, lo que recuerda la época de la primera guerra contra Iraq. Si quieres entrar en ese espacio mediático debes jugar sus propias reglas, y muchos del movimiento antiguerra lo hicieron y no ganaron nada con esto. Ante esto estamos tratando de crear nuevos espacios como Indymedia y otros espacios, crear este nuevo mundo ahora, cada día, con mentalidad totalmente diferente. Vamos a ver que pasa. Abrimos un espacio muy grande, con la inspiración del zapatismo y de Argentina. Hay un sentido, un sabor difícil de olvidar. Y vamos a continuar en esta comunidad horizontal tratando de cambiar al mundo.